
Yo era demasiado monstruoso para mirarme, nunca fui como los ángeles que tú deseaste, no estaba en tus escenas más románticas, ni en tus sueños más anhelados. Creciste y te olvidaste de todas las veces que jugaste conmigo. Ahora me dejaste olvidado dentro del cajón. Ahora has crecido y yo te miro por entre el pequeño espacio que me dejan las puertas de tu armario, aun atento esperando a que vengas llorando buscando cobijo con el monstruo de tu ayer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario